En la era digital, de las comunicaciones y la cultura de la satisfacción inmediata, de redes que muestran recortes ficticios de la realidad y » la felicidad» es portada de revistas- ¿Dónde queda la reflexión, la introspección y la búsqueda de sentido?
En un mundo donde quedó demodé el diván y la practica ortodoxa psicoanalítica, y un coach de vida, cuan gurú parece mostrarte el camino y alentarte en los pasos a seguir. Cual sería el rol del psicólogo?
¿Por qué no compartir mi sentir en un reel de Instagram y exponerme a un proceder cuasi estadístico desde las opiniones de haters y «amigos» ?
Los psicólogos somos unos bichos raros que estudiamos muchos años ( y el estudio es constante ) para entender y ayudar al paciente en lo que le este pasando y no le permita su funcionar normal.
Hace poco una paciente adolescente vino sumamente angustiada porque ella es » la amiga que escucha» y su primer dibujo (su carta de presentación) fue una cara con la boca en forma de aguijón dirigiéndose a otra de la cual salían de su cabeza puntos suspensivos y de interrogación.
Solo los que practicamos el arte de la cura por la palabra y nos dedicamos con esmero y profesionalismo a este mágico metier, sabemos del peso, la carga y el daño que son capaces de causar las palabra, lo dicho y lo no dicho.
Lleva técnica, supervisión constante, lectura , reflexión, pensar y repensar la practica con cada caso. Es por esto que cuando me dicen:- yo les cuento mis cosas a mis amigos, uno piensa pobre amigo!! y si, es muy útil en lo banal y superficial, en el alivio que la catarsis conlleva, momentáneo y superfluo.
O ante la frase:- «a mi nadie me va a decir lo que tengo que hacer»… esta muy lejos de la función del psicólogo decir lo que se tiene que hacer.
El psicólogo es como la luz de un faro que te guía en el formular las preguntas importantes, en la búsqueda del deseo, de tu motor, el tener en claro que hace tu vida valiosa. Es quien esta a tu lado cuando los pensamientos oscuros acechan y te presta o te ayuda a construir las herramientas para jugar con ellos, dialogar con tus fantasmas para volverlos reales, tangibles, y por ende manipulables y factibles de extinción.
Somos los que ayudamos a construir cauces para que los ríos de angustia simplemente fluyan y sigan su recorrido y no sea agua estancada que se queda en uno, se vuelven intolerables y enferman.
Cuando me preguntan porque o para que recurrir a un psicólogo, respondo que es para hacer mi vida mas liviana, menos tortuosa, y aprovecharla desde los mas profundo de mi ser.
Conectar con la vida desde lo auténtico, lo profundo y con plenitud es el regalo mas maravilloso al que uno puede aspirar y se logra con este arduo trabajo de equipo que es el tratamiento psicoterapéutico.
Lic. Pucill, Vanina.